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  • Foto del escritorDepartamento de Educación

El storytelling se basa en una redacción por objetivos, no en una prosa lúdica o literaria

Es preferible contar historias a simplemente entregar datos, de ahí que tenga una especial predilección por los estilos narrativos. Es curioso porque hoy día, justamente, se habla del bigdata y de que si se cuenta con una información precisa de un grupo de personas es muy probable que se les venda un producto o un servicio a un grupo de personas (clientes y públicos), lo cual no está mal.


De hecho, gran parte de lo que consumimos se debe a que de nosotros hay un registro en la web (las cookies) y existe un grupo de empresas interesadas en que les compremos, así es la lógica del mercado.


Sin embargo, la forma o el método como se vende ha cambiado. Anteriormente, cuando se ofrecía un servicio o producto a las personas se les señalaban sus beneficios o por qué le era útil, esto era propio de la publicidad en los 80 y los 90. Hoy día, en esa misma evolución se han desarrollado otros mecanismos más atractivos para vender. Y es que justamente las ventas son la vida de una organización. No es psoible concebir a una empresa sin gestión comercial.


Es así como con las capacitaciones de storytelling se busca construir una herramienta que acerque puntualmente a los públicos objetivo para generar ventas. Esto es algo que no se puede olvidar, puesto que el storytelling es una redacción por objetivos que realiza un llamado a la acción para vender algo: un producto, un servicio, una idea, etc.


Actualmente es común que muchas personas se reconozcan como storytellers solo porque creen ser capaces de entretener a las personas contando un relato, pero esto no tiene mucho que ver con el storytelling si bien es necesario capturar la atención del público o interlocutor. En realidad, el storytelling, cuando se aplica a las empresas y los negocios, busca el cumplimiento de un objetivo puntual, como vender, generar empatía hacia una marca o despertar el interés por algo en específico. Las diferencias entre un relato, como el de un cuentero, y un texto por objetivo es abismal: el primero solo entretiene mientras que el segundo entretiene e induce a la acción, lo cual conduce a que se cumpla un objetivo.


Para esto, claro, se debe tener en cuenta las características del público, puesto que ese relato, que puede ser real o ficticio, tiene que caracterizar a la persona que lo escucha o lo lee a fin de que sienta que le están hablando al oído o exclame un "sí, eso me pasa a mí". Esto puede parecer sencillo, pero en realidad tiene un arduo proceso de investigación. El relato es solo la parte final, detrás de él hay una identificación de públicos objetivos, elaboración de un buyer persona, análisis de tendencias, etc.


Por esta razón, cuando se crea un relato con la metodología del storytelling se parte de una información base de mercado, y no simplemente de algo que a una persona le parezca importante, como aquellos que dicen que el storytelling es contar historias para el alma (nada más alejado de la realidad de los negocios). Sí, es cierto que las historias han estado presentes desde el mismo origen del lenguaje, pero no todas las historias son efectivas si se pretende cumplir con un objetivo, como ocurre en las organizaciones.


Sin embargo, hacer storytelling tampoco es complicado. Se requiere, eso sí, de un buen conocimiento del público al que se digirá, como se mencionó anteriormente. Algunos de los pasos que se enseñan en nuestras capacitaciones para la elaboración de historias por objetivos son:


  1. Definir un público objetivo

  2. Crear un buyer persona

  3. Incluir la dramaturgia dentro del relato

  4. Despertar la atención desde el titular o primer momento

  5. Generar un llamado a la acción


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