Para los hispanos SEGA no es propiamente una consola de videojuegos que salió a comienzo de los ochentas, sino una regla básica para acentuar las palabras sobresdrújulas, esdrújulas, graves y agudas. Ese método nos enseña, por ejemplo, a marcar la diferencia entre un "te gusto" y un "te gustó" o entre "él diseñó" y "el diseño".
La significación de las palabras está guiada en gran manera por la acentuación. En español es normal que una misma secuencia de letras tenga represente conceptos tan distintos como un verbo o un sustantivo. La palabra vínculo, con tilde, representa un un sustantivo. Por ser esdrújula se acentúa en la tercera sílaba. Esa misma palabra puede tener su acento en la segunda sílaba, e ir sin tilde. Así, denota la conjugación del verbo vincular. "Vinculo". Y esa misma palabra, puede tener tilde en la última sílaba, y ser "vinculó". Vínculo, vinculo y vinculó, una misma secuencia que, con una tilde, puede cambiar.
Algunas personas dirán que es lo mismo o que se sobreentiende. Pero en la comunicación no se deben ofrecer esas imprecisiones porque el interlocutor (que es el mismo cliente o usuario) puede entender "otra cosa", y ahí se genera la fragmentación. Es común ver que en la gestión de PQR un cliente se siente engañado porque un mensaje decía algo y cuando tuvo el producto o servicio no recibió lo que se prometía. La culpa es de quien lo redacta. Esas 'pequeñeces' implican, si se comprueba que el engaño fue masivo, sanciones por parte de la Superintendencia de Industria y Comercio. Por ello la redacción no es un juego ni una labor secundaria en un mundo gobernado las tecnologías y en el que cualquier error es visto por miles de personas.
Marcar tildes ha sido por años el dolor de cabeza de los estudiantes. Egresan de la universidad y no lo aprendieron, y así se se desempeñan en sus labores profesionales. Esta regla básica del castellano no es difícil, solo se requiere una buena pedagogía y dedicación. De las tildes se dice que es como aprender a nadar o montar en bicicleta, "una vez lo aprendes, jamás lo olvidas". Y es cierto. Cuando se redacta las tildes se ponen de forma mecánica. Quizás con el paso del tiempo se olvide la regla, pero no dónde debe ir cada una de ellas.
Conocer la acentuación de las palabras conlleva a conocer la lengua y ser experto con la palabra. La escritura, como la comunicación misma, es un juego con el que se puede ejercer convencimiento sobre las personas. Esto, llevado al mercadeo, implica ventas y mayores ingresos. Así de simple. La buena redacción en la empresa, sumada a la comprensión de las culturas en que se encuentra inmersa, conlleva a la cercanía y familiarización de una marca o negocio con la comunidad. En el marketing esto se aprecia con frecuencia, algo que suele llamarse segmentación, lo que en suma es diferenciar algo o alguien del resto.
"Comprá tu Renault ya" o "vení y adquirí tu plan de telefonía" resultarían mensajes extraños en países como Colombia o Ecuador, pero totalmente familiares en la región del Cono Sur (Argentina, Uruguay y Chile) donde es normal el voceo, por lo cual se tildan los verbos al tener acentuación aguda . Para dirigir una campaña de marketing y comunicación, ese redactor o copy creativo debe conocer la regla SEGA. Así, comunicar bien y de forma cercana a los públicos de un negocio garantiza la recepción del mensaje, amén de otros recursos como lo es el diseño gráfico. No se deben descuidar esas 'pequeñeces' porque sería darle otra interpretación al mensaje y generar dudas en los clientes, algo que ellos saben castigar muy bien, máxime en un mercado tan competido que tiene productos y servicios de buena calidad.
La comunicación podría ser la diferencia en esa decisión final. Y las tildes, por más pequeñas que parezcan, hacen parte activa de ese proceso.