"Por favor no me grites", le dice un aprendiz a su jefe iracundo. "Entonces haga las cosas bien", este le responde. Así es como, una y otra vez, transcurren los días en la empresa: entre gritos, un lenguaje corporal agresivo y la desdicha porque no se es feliz en un puesto de trabajo que ofrece un ambiente tóxico. Algunos gerentes no se dan cuenta de que permanecer 48 horas a la semana en un lugar como ese impide el crecimiento personal y profesional de un trabajador. El único interés que tendrá un empleado en una organización así será monetario, y las investigaciones han demostrado que a la gente no se le motiva solamente con dinero. Hoy se habla de un salario emocional, lo cual puede resumirse en condiciones que ofrece la empresa para promover un estado de satisfacción y el libre desarrollo del trabajador.
El buen trato y la comprensión son actitudes que algunas buenas empresas han adoptado como cultura organizacional y que se desprenden de principios institucionales. Desde la dirección se imparte la calidez humana. Ellos saben que una empresa feliz produce más y fortalece la gestión del conocimiento.Dialogar antes que acusar y escuchar antes que recriminar relucen como valores. La buena comunicación y el buen trato hacia el talento humano es una característica en organizaciones flexibles y de renombre como Google o Microsoft. "Prohibido gritar".
Inteligencia emocional y conflictos
El primer axioma de la comunicación indica que no es posible no comunicarse. Es decir, aunque una persona no hable y tenga un rostro 'neutral' en realidad está queriendo comunicar un estado de ánimo. Toda actitud comunica, de ahí que aunque no se hable es posible "decir" muchas cosas. El silencio excesivo ante una situación que merece una intervención o un gesto en vez de una palabra, en realidad está diciendo más que un grito o un regaño. No a todas las personas se les puede pedir una sonrisa al momento de resolver un problema o hacer una corrección. Pero sí es posible ser respetuoso y escuchar. También es posible evitar los gritos y el enfado espontáneo. Cuando se tiene una inteligencia emocional desarrollada el conflicto será menor y la comunicación mucho más cálida, algo que parece extinto hoy.
La palabra es poderosa.Con ella puedes construir un equipo de trabajo o destruirle la vida a una persona. Es necesario, antes de emitir algún juicio o palabra que pueda afectar a alguien, pensar estos tres elementos: ¿Es cierto y estoy totalmente convencido de lo que voy a decir?, ¿Es realmente necesario? ¿Con esas palabras puedo solucionar el conflicto? Pensar en el otro, sentir alteridad, resulta mucho más productivo que hablar sin parar. Para ello se requiere un buen hábito: escuchar. Si escucha, puede comprender la posición del otro y al final ofrecer una palabra. La empresa es el segundo hogar para millones de trabajadores y en él debe haber fraternidad. Sófocles dijo: "Una palabra nos libra de todo el peso y dolor de la vida".
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El buen trato y la cultura organizacional
Las organizaciones deben capacitar en torno al servicio y el sentido humano. Muchos de quienes integran una empresa no han recibido propiamente amor y buen trato. Es común escuchar en conferencias y capacitaciones frases como "es que así me trataron a mí" o "la gente solamente entiende a las malas", y no es así. En realidad, debe haber procesos de aprendizaje para deshabituar malas prácticas. Si no gritar y comunicarse adecuadamente se institucionaliza, es decir, se vuelve un aspecto cultural, en realidad la organización tendrá cambios. Hagan del lenguaje su mejor herramienta.
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