Escribir en español es complejo, incluso para los hablantes nativos. La riqueza lingüística es a veces un obstáculo para quienes no conocen profundamente su estructura ortográfica y gramatical. Durante la formación primaria y secundaria se habla de acentuación y puntuación, también de ortografía y redacción en general. Sin embargo, la falta de escritura y, a veces la poca lectura, minan esa capacidad de construir textos, que no es más que plasmar ideas claramente.
En un texto escrito se encuentran errores de puntuación, acentuación y ortografía. Si bien hay algunos que son más visibles que otros (como escribir 'valón' y no 'balón' o 'enpresa' y no 'empresa)', existen otros que no suelen verse claramente. Incluso, se llega a pensar que esa es la forma de escribir. Uno de esos errores frecuentes es poner comas entre el verbo y el sujeto. No es correcto hacerlo, aunque se 'vea bien' o a 'mí me parezca'.
Si al leer "Los presidentes de Colombia, no suelen tener formación doctoral" usted cree que es una oración correcta, en realidad está equivocado. El error está entre Colombia y el adverbio no. El sujeto de esa oración es "los presidentes de Colombia" y el verbo principal es "suelen tener". Es un verbo compuesto en este caso. La norma indica que no deben haber pausas allí, a menos que se introduzca un dato aclaratorio. Observe algunos ejemplos correctos.
a) Los cursos de redacción en Bogotá son ofrecidos por profesionales en comunicación social, periodistas y antropólogos.
b) La construcción de centros comerciales en las ciudades intermedias de Colombia crece a pasos agigantados, pese a la recesión de su economía.
c) Los recién egresados del colegio tienen dificultades para desarrollar ensayos y escritos académicos.
Quizás, en los anteriores ejemplos, más de un estudiante o profesional le habría puesto comas, porque les enseñaron que son necesarias para "respirar". Eso no es cierto. La experticia en la escritura se da cuando un escritor es capaz de dominar la oración, que es la estructura básica de un texto. Sujeto, verbo principal y predicado, así funciona. No obstante, deben tenerse en cuenta algunas consideraciones sobre el sujeto, dado que este no es como los profesores de primaria dijeron.
Los sujetos de una oración no necesariamente son palabras cortas o nombres propios como Juanito, Pepita o Daniel; estos, en cambio, pueden ser conceptos larguísimos que, incluso, tienen verbos conjugados. Un sujeto es la representación de una realidad y no un simple nombre u objeto. En la oración b, el sujeto es "La construcción de centros comerciales en las ciudades intermedias de Colombia" y el verbo principal es "crecer". Por lo tanto no deben haber comas entre las cláusulas, a menos que sean para dar una aclaración.
Leer y observar cuanto texto se cruce en nuestro andar será una buena forma de aprender. Cuando de repente nos damos cuenta de un error en alguna valla publicitaria o creemos que un texto pudo escribirse de una mejor manera, en ese preciso momento estamos aprendiendo. El aprendizaje se da cuando somos capaces de tener un pensamiento crítico y propositivo, así como lo enseñaron Sócrates, Platón y Aristóteles.
Una de las mejores formas para determinar la calidad de un escritor se da al analizar el uso de las comas y la puntuación en general. No tener el error típico de la coma entre el verbo y el sujeto demuestra conocimiento y dominio de la lengua escrita. La implicación de eso, más allá de marcar correctamente la puntuación, es la claridad que se tiene para comunicar ideas. Finalmente eso es la escritura, la representación escrita de las ideas.
La escritura es un arte complejo que va más allá de la mera transmisión de información. Requiere una comprensión profunda de las reglas gramaticales, pero también una sensibilidad hacia el contexto y la audiencia a la que va dirigido. Un buen escritor no solo domina la ortografía y la gramática, sino que también tiene la habilidad de adaptar su estilo según el propósito del texto y el público al que se dirige. Esta adaptabilidad es esencial en un mundo donde la comunicación efectiva es un activo valioso tanto en el ámbito profesional como en el personal.
En el campo editorial, la importancia de un texto bien redactado y estructurado es innegable. Los editores no solo se preocupan por la precisión gramatical, sino que también buscan garantizar la coherencia del mensaje y la fluidez en la lectura. Un buen editor no solo corrige errores, sino que también colabora con los escritores para mejorar el contenido, asegurándose de que cada palabra esté cuidadosamente seleccionada para transmitir el significado deseado.
La evolución de la escritura y la comunicación va de la mano con el avance tecnológico. La digitalización y el uso generalizado de internet han revolucionado la forma en que se produce y consume el contenido. Esto ha aumentado la demanda de contenido de calidad que sea atractivo, informativo y fácilmente accesible para un público diverso. Los editores se han convertido en guardianes de la calidad en un mundo inundado de información, ayudando a filtrar y presentar los mensajes de manera efectiva.
El desafío de mantener altos estándares en la escritura es constante. Con la rápida evolución del lenguaje, los cambios en las reglas gramaticales y las nuevas formas de comunicación, los escritores y editores deben estar en constante actualización. Adaptarse a estas transformaciones garantiza que el contenido producido siga siendo relevante, impactante y capaz de conectar con una audiencia en constante cambio.
En última instancia, la escritura va más allá de reglas y técnicas. Es una forma de arte que permite expresar ideas, emociones y pensamientos. Los escritores y editores desempeñan un papel crucial al mantener viva esta forma de expresión, garantizando que la comunicación escrita siga siendo una herramienta poderosa para informar, entretener y conectar a las personas en todo el mundo.