Así como hay técnicas de venta y negociación, que suelen fundamentarse en la programación neurolingüística, desde la empresa se han desarrollado técnicas para comunicar por escrito las propuestas de valor en la venta de bienes y servicios. A esto, se le conoce como redacción de negocios. Algunos creen que es simplemente replicar al medio escrito lo que se comunica oralmente. Sin embargo, esto no tiene un sustento claro, ya que en principio en una negociación tradicional el lenguaje no verbal (comunicación corporal) ocupa al menos el 70% de la atención. La pregunta que reluce es cómo ser tan efectivo a través de un texto como se pudiera ser cuando se habla.
En principio, existe un parámetro válido en toda la comunicación comercial y es la sencillez. En la redacción se puede ser tan denso y aburrido como en una conversación. Esto nos lleva a definir la puntualidad de las ideas como una habilidad. Así como el tiempo en una conversación puede ser limitado, lo es, a su vez, el tiempo de lectura para una propuesta comercial. Si en los primeros renglones no se captó la atención del lector, que puede ser un gerente o inversor, de seguro habrá perdido una oportunidad de negocio, aunque de verdad tenga un muy buen proyecto. Aquí, también se aplica esa icónica situación que se enseña en las empresas y escuelas de negocios de si se tuviera un minuto en el ascensor con un inversor o socio capitalista a quien se le comentará la idea.
La precisión, por tanto, se convierte en una característica de la redacción de negocios. Es muy similar a no explayarse con argumentos o situaciones innecesarias en una conversación; debe comunicarse verdadera información de calidad, no ofrecer solo palabras sueltas.
La redacción de negocios se fundamenta en la estructura de la información en el texto. Es una jerarquía absoluta de principio a fin hilada por una secuencia de oraciones que permiten analizar datos mientras el lector visualiza el desempeño de la idea en un futuro próximo. Para desarrollar una estructura de este tipo existen diversos métodos. En general no hay uno solo, pues según el objetivo y las características de lo que se pretenda vender, se deberá acudir a uno u otro. ¡No sigan estructuras fijas en la redacción de negocios! Sería un absurdo creer que de una misma forma se pueden vender la innovación.
No obstante, en la redacción de negocios el tiempo de lectura es mínimo y el interés en el lector debe despertarse exponga su información más relevante al comienzo del texto y vaya ubicando los datos más importantes en orden descendente, es decir, lo más importantes y así de manera sucesiva. Procure que sus párrafos no sean extensos y además incluya información gráfica que puede resumir o, al menos, agrupar parte de lo que desea comunicar. Las infografías son un buen recurso.
Su texto en la redacción de negocios debe explicar muy bien su idea, el impacto que tiene en una población determinada y las utilidades que esta puede generar. Sin embargo, detalle más en cómo ese producto o servicio está innovando y de qué manera puede solucionar una problemática o satisfacer una necesidad. No se esfuerce diciendo por qué su idea es buena, sino por qué esta debe ejecutarse en tanto cala en muchas personas (públicos). Suena un poco cliché, pero es una información que no debería faltar en ese texto que usted va a desarrollar. Recuerde siempre que usted está redactando para hacer negocios y para ellos requiere captar la atención y así atraer capitales.
No confunda la redacción corporativa (de la cual ya hemos dado definiciones precisas) con la redacción de negocios. Mientras que la primera aboga por la generación de contenido en toda la cadena de valor e involucra a todos los colaboradores de una organización en tanto se asumen que todos son productores de contenido, la redacción de negocios es mucho más limitada a un grupo o persona selecta que tiene como función no solamente comunicar una información sino atraer capitales e inversión.
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